"Hay que entender la planificación urbanística no como un modelo cerrado, sino como un modelo flexible y adaptable"

Una de las claves de los mecanismos de planeamiento es proveerlos de regímenes de planificación flexibles a fin de hacerlos compatibles con el ADN de la metrópolis y la región, y favorecer que se adapten a las nuevas realidades.

Cualquier plan nuevo que se plantee debe ser descriptible, simple y completamente flexible frente a los posibles cambios que aún no sabemos.
El plan de Londres consta de tres elementos esenciales: preservar el cinturón verde metropolitano como límite de crecimiento y espacio de renaturalización, proporcionar mezclas de usos en nuevas áreas de centralidad como espacios de oportunidad y desarrollo e incrementar la densidad permitiendo más edificabilidad, especialmente de vivienda asequible, en las áreas bien provistas de transporte público.
La libertad de adaptarse no significa desentenderse de una visión de ciudad, sino permitir la flexibilidad que la haga posible.