Un área de centralidad es un polo de atracción para las personas donde se genera un tipo de actividad, ya sea cultural, de ocio, etcétera. Como ejemplos, podríamos destacar la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en el municipio de Cerdanyola del Vallès, o el centro de Barcelona. Los dos son puntos de encuentro de gente del mismo municipio, de la metrópolis e incluso del resto de Cataluña.

Un buen centro debe tener una alta concentración de usos, tanto principales como complementarios, así como servicios que cubran las necesidades de la población. En este sentido, la UAB dispone de servicios de restauración, recintos deportivos y espacios abiertos que complementan la actividad principal de la Universidad.

Los centros son núcleos de movilidad, y por eso se deben dotar de una buena accesibilidad, sobre todo con transporte público, para que todo el mundo pueda acceder a ellos y para evitar las emisiones contaminantes.