Repensar la ciudad construida

Las ciudades son el escenario y el motor de importantes procesos de transformación de las sociedades, así como el referente clave para garantizar su continuidad en el tiempo; es decir, la evolución conforme a las reglas propias de la sostenibilidad. Preexistencias, transformaciones y continuidades se entrelazan y configuran una realidad metropolitana muy compleja, diversa y dinámica que debe ser capaz de regenerarse y de reinventarse como garantía para su pervivencia en el tiempo.

La metrópolis de Barcelona es una ciudad mediterránea única forjada a lo largo de los siglos. Es una ciudad muy vivida, dotada de una amplia diversidad de tejidos urbanos sumamente consolidados, a los que se añaden otros más dispersos, que configuran una metrópolis con el 48% del suelo urbanizado, con necesidades de renovación urbana para mejorar la habitabilidad, y el 52% del suelo ocupado por espacios abiertos de gran valor ambiental y social que representan una excelente oportunidad para construir una metrópolis más sostenible y saludable.
Entender la creciente complejidad de la ciudad contemporánea constituye un reto que nos obliga a reconsiderar periódicamente los conceptos analizados y los instrumentos para abordar los fenómenos territoriales que van emergiendo en el proceso de reflexión.

Y el área metropolitana de Barcelona no es una excepción. Los procesos urbanos de las últimas décadas han transformado radicalmente el territorio, de modo que resulta imprescindible volver a analizar con exhaustividad los municipios que la conforman, partiendo de una óptica interdisciplinaria y con herramientas actuales, para poder planificar su futuro con el máximo acierto a través del Plan director urbanístico metropolitano (PDU).