CICLOS DE MATERIA Y ENERGÍA

La ciudad es el hábitat principal de la especie humana; es un espacio físico, pero también funcional. En este ecosistema dinámico debe plantearse la circularidad del metabolismo urbano (flujos de alimentos, materias primas, energía, agua y personas en movimiento) con miras a reducir las emisiones y sus impactos negativos.

CICLOS DE MATERIA Y ENERGÍA
  • ¿DÓNDE ESTAMOS?
    Hasta la fecha, numerosos aspectos del planeamiento urbano se han abordado de un modo sectorial y sin ningún diálogo entre sí. Conviene adoptar una mirada integradora que estudie la ciudad desde los flujos de materiales, de energía y de organismos en constante movimiento y transformación que acoge.

    Vivimos en una época de transición hacia un modelo de funcionamiento urbano más sostenible. El consumo de combustibles fósiles, el desarrollo tecnológico y el crecimiento de infraestructuras de la movilidad se ha traducido en unos modelos urbanos con fuertes impactos ambientales y unos consumos energéticos desproporcionados que perjudican gravemente al territorio y a la salud de las personas. Hay que entender la ciudad como un ecosistema dinámico que incluye muchos más sistemas. Desde esta visión de conjunto, se impone devolver la ecología y las leyes de la naturaleza a las lógicas del urbanismo para construir la ciudad.
  • ¿HACIA DÓNDE VAMOS?
    Aunque el urbanismo debe servir para que la gente viva mejor, es preciso que el planeamiento urbanístico del futuro proponga las condiciones necesarias para restaurar la infraestructura verde, minimizar los impactos ambientales y favorecer un sistema resiliente y adaptable al cambio climático.

    Debe efectuarse un aprovechamiento mejor repartido de los recursos energéticos ante la generación de energía centralizada y las grandes redes de transporte de energía. Hay que poner fin a la linealidad de los procesos urbanos, aprovechando y valorizando flujos residuales de un modo circular, renovable y reciclable. En definitiva, es preciso ir hacia un planeamiento con una visión más transversal y adaptable, que gestione la complejidad del territorio como ecosistema de un modo diferenciado según la naturaleza de la actuación y su escala de aplicación.
Para poder optimizar las infraestructuras y los servicios técnicos, es importante que estos estén coordinados con el resto de usos, lo que exige  planificar reservas de de suelo actualizadas en función de las nuevas necesidades y hacer frente a las carencias que presenta el planeamiento urbanístico actual. Hay que tener en cuenta todos los aspectos a la vez para superar la visión sectorial no coordinada.
Actualmente, tan solo se ha utilizado el 39% del suelo destinado a servicio técnico y existe un remanente de 210 ha pendientes. Por otro lado, el 71% de las infraestructuras de servicios existentes se sitúan en suelos con calificación de sistemas o aprovechamiento.

Ciclos materia y energia
  • MATERIALES
    En cuanto a los recursos materiales (alimentos, materias primas y otros bienes de consumo), es difícil precisar la demanda en el ámbito metropolitano, dado que, a diferencia de la energía y el agua, sus flujos no se contabilizan de forma sistemática.

    Sin embargo, sabemos que la logística de los flujos de materiales exige espacios adecuados para  fomentar una economía más circular y una movilidad de las mercancías más contenida. En este sentido, los espacios especializados de actividad económica en contacto con los tejidos residenciales desempeñan un papel estratégico.
    No hay que olvidar que en el año 2025 el 70% de los residuos generados se deberán valorizar, lejos del 50% que se procesan actualmente.
    No obstante, se observan tendencias positivas con respecto al incremento de establecimientos con actividades relacionadas con la economía circular, en especial en los espacios de actividad económica integrados en el tejido urbano, donde ya representan más del 20% del total.
    Flujos materiales
  • AGUA
    La demanda de agua en el área metropolitana de Barcelona en el año 2017 fue de 283 hm3, cifra que representa el 40% del consumo doméstico total en Cataluña. Esta demanda es servida mayoritariamente a partir de agua superficial captada en los ríos Llobregat y Ter, aunque también tienen un peso importante los acuíferos del territorio metropolitano, origen del 20% del agua suministrada, y, en menor medida, el agua marina tratada en la planta desalinizadora, la regenerada en las estaciones de regeneración de agua (ERA) y el agua embotellada de diversos orígenes.
    El ciclo metropolitano del agua aún tiene un largo camino por recorrer para disminuir la dependencia del exterior,con los beneficios que ello comportaría.
    Se debe tender hacia un mayor aprovechamiento de los acuíferos, del agua regenerada y de las aguas grises, actualmente muy por debajo de su potencial. Se podría llegar a cubrir el 50% del suministro de agua mediante recursos del propio territorio metropolitano.

    Ciclo del agua
  • ENERGÍA
    Se estima que la demanda actual de energía en el territorio metropolitano es de unos 44.786 GWh anuales, lo que equivale al 30% del consumo de Cataluña. Esta energía se consume, principalmente, en forma de combustibles líquidos y de electricidad, aunque el gas natural también tiene un peso importante. En cambio, los gases licuados del petróleo (mayoritariamente, butano y propano) representan un porcentaje muy inferior. En el año 2014, el área metropolitana de Barcelona generó el 38,6% de la electricidad consumida en el propio territorio, con el 6,4% procedente de fuentes de energías renovables o recuperadas y con cogeneración.

    Es indudable que, a raíz de la actual crisis climática, el ciclo de la energía experimentará una transición en los próximos años. De entre las posibles líneas de mejora cabe destacar que el territorio metropolitano disfruta de un potencial que es capaz de llegar a cubrir hasta el 30% de la energía demandada actualmente a partir de fuentes renovables locales, gracias a que el 30% del suelo urbano presenta un elevado potencial de captación de energía solar. Este suelo está ubicado, principalmente, en los ámbitos especializados de actividad económica.

    Por último, hay que trabajar para una integración territorial adecuada de las infraestructuras que garantizan el suministro de energía. En el territorio metropolitano, teniendo en cuenta las infraestructuras actuales y las planificadas, se han detectado cinco ámbitos estratégicos en los que es preciso abordar la integración ambiental y paisajística, y otros 13 en los que habría que considerar los riesgos potenciales existentes.
    Ciclo de la energia
Por lo que se refiere a los ciclos de materia y energía, del diagnóstico del territorio metropolitano se deprenden unos retos que el planeamiento debe abordar con arreglo a sus objetivos generales y a su capacidad de actuación.

Tras la valoración y la elección final de las diversas alternativas, el PDU está en condiciones de abordar los retos planteados y de terminar de perfilar sus propuestas.

Estas propuestas se definen con el nivel de concreción que corresponde a un avance, en el apartado de  propósitos, que se ha estructurado con arreglo a cuatro grandes categorías de componentes: los elementos estructurantes, el mosaico agroforestal, los tejidos urbanos y los ámbitos de actuación.
REDES DE SERVICIOS METROPOLITANOS
Esta cartografía se ha realizado a partir del plano «I.17 Redes de servicios metropolitanos», que forma parte de la documentación gráfica del documento de Avance.

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